Hace días reflotó en Chile el
debate sobre la despenalización del aborto, a raíz del caso de una niña de 13
años quien fue violada en reiteradas ocasiones y como resultado, quedó
embarazada. El bebé falleció a las 19:07 del viernes 07 de noviembre a las
pocas horas de nacer, ya que nunca fue viable su desarrollo debido a una
cardiopatía congénita.[i]
El desarrollo del tema es largo,
y tiene múltiples aristas desde las cuales abordarlo.
Lamentablemente, cada vez que en
Chile se plantea algún tema que riña con la carga valórica de las confesiones
religiosas presentes en el país, se produce un diálogo de sordos donde cada
grupo, de manera dogmática se encierra en sus posturas y el debate se estanca,
produciendo un anquilosamiento en las ideas, similar a la guerra de trincheras
de la Primera Guerra Mundial, donde cada bando está parapetado en su posición y
el avance es nulo (aunque esto es justo lo que propone el sector conservador,
mantener el status quo).
Pues resulta que para ambos
bandos, lo que menos importa es la niña que fue violada, es más importante
defender su dogma ideológico que socorrer a un infante. Vivimos en un país
donde se le enseña a las mujeres a no ser violadas, en vez de enseñar a los
hombres a no violar, donde el machismo y la cultura patriarcal afecta el
desarrollo psicológico de ambos sexos.
Debemos entender que la
existencia de violaciones, de niñas embarazadas, y de abortos ocultos, son
consecuencia del fracaso de nuestra sociedad, fracaso del que todos debemos
hacernos partes, ya seas conservador pro-vida, o defensor de los derechos
reproductivos.
Honestamente, mi propio
pensamiento respecto al aborto importa poco, al igual que el suyo estimado
lector. Lo único que debiera importarnos, es como evitamos que situaciones como
estas ocurran, como evitamos que haya violadores, como evitamos que una niña de
13 años se embarace contra su voluntad, como le evitamos a la niña el sufrimiento
de saber que el producto de su embarazo está destinado a la muerte tal como
ocurrió.
Lo que me lleva a plantear la
siguiente pregunta, ¿es más importante mi dogma ideológico, moral o religioso,
qué el sufrimiento, en este caso, de dos seres humanos?, asistimos a un caso
donde hay dos víctimas, una niña violada en reiteradas ocasiones, que debió
afrontar un embarazo en contra de su voluntad, y un bebé que falleció a las
pocas horas de nacido.
Desde mi punto de vista, creo que
lo más importante sobre el tema que trato, no es lo que pensemos nosotros, sino
lo que piensen los involucrados, los únicos afectados con todo esto. Creo que
en virtud de la violación, y de la inviabilidad del feto, la niña (menor de
edad) al menos debió tener la oportunidad de elegir si querer llevar adelante
su embarazo o interrumpirlo. Pero es una decisión compleja, que sus padres
debían tomar por ella, dada la condición de menor de edad de la principal
involucrada. Y con esto no quiero decir que el bebé sea un desecho, o que al
abortar no se generen nuevos traumas y heridas, las decisiones deben ser
tomadas de manera responsable y pensando en el máximo bienestar y en el mínimo
de daños. Un niño jamás será un producto de desecho, pero en lo particular,
¿habría sido más humano acortar la agonía?
No hay dogma religioso, moral o
ideológico que sea más importante que las personas. Al menos es lo que se
desprende de la lectura atenta de los evangelios. En todas las narraciones de
los evangelios, el centro de la acción de Jesús fue siempre el Ser humano.
“Otra vez entró Jesús en la
sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano.
Y le acechaban para ver si en el día de
reposo le sanaría, a fin de poder acusarle.
Entonces dijo al hombre que tenía la mano
seca: Levántate y ponte en medio.
Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo
hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban.
Entonces, mirándolos alrededor con enojo,
entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano.
Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.
Y salidos los fariseos[iv],
tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle”
Para los fariseos del texto, era
más importante defender su dogma particular sobre guardar el sábado, que sanar
a un hombre y despojarlo de su dolor y sufrimiento. Y es justo esa la
hipocresía denunciada por el evangelio. La religión, la fe, los poderes de
dios, según vemos en los relatos evangélicos, están para ayudar al hombre; pero
el hombre ha hecho que la religión, y todo lo que tiene relación con dios, se
sirva del hombre en vez de ayudarlo.
Es por esta razón que creo que
debemos asumir, que nuestros dogmas, nunca serán más importantes que el
prójimo, verdadero motivo de la Revelación.
[i] http://www.emol.com/noticias/nacional/2014/11/08/688996/confirman-fallecimiento-de-bebe-de-nina-de-13-anos-violada-en-carahue.html
[ii] “Perícopa (del griego περικοπη, pericopé,
"corte") la denominación de cada uno de los pasajes de la Biblia que
han adquirido gran notoriedad por leerse en determinadas ocasiones del culto
religioso” «perícopa», Diccionario de la lengua española (22.ª
edición), Real Academia Española, 2001.
[iii] Marcos
3: 1-6
[iv] “Jesús
dirigió sus más agudas críticas contra la secta de los fariseos, surgida en el
mal llamado periodo intertestamentario. En primer lugar los fariseos pusieron
más peso y autoridad en la ley oral que en la mosaica, la que Jesús dijo que
era la ley de dios. Segundo, los fariseos mismos no querían cumplir con las
leyes que imponían sobre los demás. Tercero, parecían, como clase religiosa,
estar mucho más preocupados por su apariencia externa que por los asuntos
internos de la fe religiosa. Finalmente, menospreciaban a los extranjeros ya la
gente corriente de su propia nación”. “Diccionario de creencias, religiones,
sectas y ocultismo”, George A. Mather y Larry A. Nichols, Editorial Clie, 2001.