jueves, 21 de mayo de 2020

Coronavirus y memoria histórica.


Debo confesar que soy profundamente pesimista respecto a la memoria histórica y a las enseñanzas colectivas que nos puede dejar la pandemia del covid-19 a los chilenos. Hay un aforismo, y paradoja a la vez, cuyo autor he olvidado en este momento y que reza más o menos así: "Si algo he aprendido estudiando historia, es que nadie aprende nada de la historia". Y en el mismo tenor, agrego que si algo me ha enseñado el estudiar pedagogía, es a no esperar nada de las habilidades cognitivas de las personas. Esa es la razón de mi pesimismo. Hay un dicho en la sabiduría popular que resume mi pensar, "la gente no cambia, solo se pone más vieja". 
Obviamente el covid-19 generará recuerdos a largo plazo. Será parte de las tertulias familiares hablar sobre las series de netflix que se vieron en cuarentena, de lo agobiante del teletrabajo, risas por el zoombombing que sufrió el docente o recordar al alumno desubicado que habló de más con el micrófono encendido; y habrán espacios para recordar a los seres queridos que la pandemia se haya llevado. Los más críticos, despedazarán cada uno de los errores cometidos por la administración del actual gobernante Sebastián Piñera y los fanáticos, porque siempre los hay, lo defenderán a capa y espada. Y las conferencias de prensa del ministro Mañalich, sufrirán el dudoso honor de ser la versión posmoderna y centeniall de los recordados, hilarantes y absurdos "Martes de Merino".
Mañalich diciendo que el virus mutará en "buena persona"
Otra cosa que nos dejará en la memoria histórica la pandemia, será el comportamiento de los diferentes gobiernos. Ya hemos visto que hay algunos que han actuado de forma bastante acertada, como por ejemplo Nueva Zelanda, Islandia o Alemania; pero la gran mayoría solo han demostrado la inoperancia, miopía e incluso maldad de sus gobernantes, y USA, Brasil e incluso Chile figurarán en ese nefasto ranking.
En ese apartado, Moisés Naim postula que la globalización, ora una consecuencia del neoliberalismo (el mercado global), podría salvarnos del coronavirus; y aquí observamos porqué no. Basicamente Naím dice que ante el escenario del covid-19, los países aprenderán unos de otros de la experiencia internacional (Creo que Naím no sabe que en Chile nos gobiernan unos soberbios con síndrome de Hubris que no fueron capaces de aprender de Corea, Italia o España, ni modo) y la cooperación y la buena voluntad internacional (inserte meme de los SImpsons acá, con todos los niños del mundo bailando en círculos). Ante tan idealista desplante de buenas intenciones, él mismo se desmiente con una dosis de realismo que va directo a su hipotálamo por vía intravenosa, ya que con personajes como Trump como líderes mundiales, la cooperación entre países es imposible, el pobre tipo se ha dedicado a fustigar y debilitar todas las alianzas y posibles alianzas de USA desde que es presidente. Adiós multilateralismo, te extrañaremos.
El mundo post covid según Naím
El Covid-19 no solo será tema de las tertulias familiares, también deberá ser abordado desde la educación pública, tanto como enseñanza de hábitos de higiene en el ámbito de la prevención, tanto como parte de los contenidos del currículum de Historia y Geografía. Y aunque falta mucho tiempo para que ello ocurra, me pregunto como serán expuestos dichos contenidos. Aunque ya visualizo la forma en que los enseñaría, mis potenciales alumnos deberían comparar a Chile con Alemania; comparar el modelo de socialdemocracia alemán con la (nominal) democracia neoliberal chilena; comparar como Merkel, quien se ubica en el centro político alemán ha gestionado la crisis económica versus como lo ha hecho Piñera quien está a la derecha del espectro político chileno; evaluar sus medidas de mitigación de crisis socioeconómicas, de protección al empleo y de apoyo general a la población; comparar como ambos gobiernos se prepararon o no para enfrentar la crisis sanitaria. Tengo una amiga trabajando en Osnabrück, Alemania, en el área de cuidados de enfermos respiratorios, es la jefa de la unidad, y me cuenta con detalle como el gobierno de Merkel amplió la infraestructura de dichas unidades de cuidado desde el 2019 para atender a mayor cantidad de enfermos, y obviamente asemejar ese hecho al arriendo del Espacio Riesco que aun no sabemos para qué se usará (¿Será una compensación por la cancelación de la Cop-25 durante el Estallido social?); Y por último, el alumno deberá comprender como la ideología de los bloques gobernantes, la socialdemocracia alemana y el neoliberalismo chileno, influyó en el acierto o fracaso del proceso de toma de decisiones de sus gobernantes. Eso haría como docente de historia en mis clases (bendita libertad de cátedra, no te mueras nunca).
Volviendo a la memoria histórica y a mi pesimismo antropológico sobre el devenir histórico, esta no es la primera pandemia que enfrentamos, de hecho ni siquiera es la primera en la historia de Chile, y si bien hay aprendizajes adquiridos en la experiencia histórica para enfrentarlas (¿alguien dijo cuarentena?), aún tenemos personajes alejados de la Gracia de Dios que se niegan a usar dicho cúmulo de aprendizajes. Viendo como actúan líderes tales como Trump, Piñera y Bolsonaro, es imposible no compararlos con una vaca arriba de la copa de un árbol, surge inmediatamente la pregunta "¿Cómo diablos llegaron ahí?". Obviamente la respuesta es por sus votantes, y ahí mi pesimismo vuelve a aflorar porque esa gente nuevamente votará.
Piñera en La Moneda.
Durante nuestra historia, quien más luchó por tener un sistema de salud pública universal  fuerte fue el médico Salvador Allende Gossens, quien fuera ministro de salud de quien probablemente sea el mejor presidente de nuestra historia (aprende Sebastián), don Pedro Aguirre Cerda (quién además era docente) y que curiosamente, falleciese en el ejercicio de su periodo presidencial en una epidemia de tuberculosis, epidemia que con la gestión de Allende en el Ministerio de Salud redujo su mortalidad de un 25% (y tendencia histórica desde el siglo XIX) a apenas un 2,64%. De hecho el hospital Sótero del Río nace como un centro de atención para enfermos de la tuberculosis durante este periodo (Allende ocupó el cargo de ministro de salud entre el 28 de agosto de 1939 y el 2 de abril de 1942).
Otra de las grandes obras realizadas por el gobierno de Don Pedro Aguirre Cerda (que insisto, era docente y no ingeniero comercial), fue la creación de la ‘Institución para la Defensa de la Raza y el Aprovechamiento de las Horas Libres’ que buscaba alejar a la gente de las tabernas y el ocio e inculcar el deporte y hábitos de higiene dentro del pueblo. Esta institución funcionó dentro de la idea de la salud preventiva y la fundación de hospitales dentro del concepto de salud curativa.
Solo ejemplificando con dos medidas realizadas durante el gobierno de don Pedro Aguirre Cerda, la creación de entidades enfocadas a la salud preventiva y de hospitales que tratasen la salud curativa, se pudo combatir la epidemia, endémica, de la tuberculosis que mataba a 1 de cada 4 infectados y era una de las principales causas de muerte en Chile durante la primera mitad del siglo XX. Tal es la experiencia chilena en el manejo de crisis sanitaria y combate contra las epidemias.
Si lo comparo con las medidas que el gobierno del Ingeniero Comercial Sebastián Piñera ha tomado, no hay ningún rescate de la memoria histórica y la experiencia chilena en el manejo de enfermedades infecto-contagiosas como la tuberculosis y el covid-19. En vez de crear instituciones que intervengan en nuestros hábitos, Paula Daza, la subsecretaria de salud nos dice que podemos tomar café con los amigos guardando una distancia prudente; o que se abrirán los mall en vez de decretar cuarentena oportunamente (a juzgar por el alto número de contagiados en el momento que se decretó, se hizo de forma tardía); o en vez de abrir nuevos hospitales para salvar más vidas, nos dicen que debemos cobrar nuestro seguro de cesantía, porque las empresas en las que trabajamos pueden acogerse a un beneficio en el cual no nos pagan nuestros sueldos,y eso nos obliga a salir a las calles en masa porque el trámite se hace ante una entidad privada (AFC) y solo de forma presencial, lo cual aumenta de forma importante el riesgo de contagio y aumentando con ello el número de contagiados y muertos. Es duro comparar a Aguirre Cerda con Piñera y a Allende con Mañalich, pero necesario. Incluso me siento indefenso al hacerlo.
Usando la memoria histórica, las epidemias fueron combatidas a altos costos de vidas humanas, pero aún estamos aquí. El covid-19 no me aterra tanto, y eso que soy consciente que de contagiarme, con la paupérrima gestión de Piñera y Mañalich, mis posibilidades de morir son más altas que lo normal. Precisamente mi temor es otro, y es que no seamos capaces de erradicar definitivamente la pandemia del neoliberalismo, que impide tener por primera vez un sistema de acceso de salud pública y universal que sea fuerte,y al virus de la soberbia que tienen nuestras oligarquías gobernantes. Me aterra que tras esto todo siga igual, o que algún gattopardo nos haga cambiar el modelo para que todo permanezca inalterable.
Y es exactamente lo que creo que va a pasar, porque como les mencioné al principio, no confío en las habilidades cognitivas de las personas. Después de todo, ellas votaron por Piñera, eso me da motivos, ¿o no?