domingo, 28 de diciembre de 2014

El día de los santos inocentes.

Hoy se celebra en el mundo cristiano el día de “Los santos inocentes”, instaurado para conmemorar la matanza de niños menores de dos años, relatados en el evangelio de Mateo 2:13-23, evento al cual tradicionalmente se le toma como histórico.

El escritor del evangelio de Mateo conocía muy bien las tradiciones hebreas y sus escrituras, ya que se esfuerza durante todo el evangelio de mostrar a Jesús como el Mesías esperado por los judíos, y a la vez como un nuevo Moisés, esfuerzos que son bastante evidentes al realizar una lectura atenta y comparada tanto del libro de Éxodo como del evangelio de Mateo.



Ambos libros comienzan con sendas genealogías, en el caso de Éxodo, la genealogía mítica del pueblo de Israel desde que José y sus hermanos se asentaran en Egipto, en cambio en Mateo, la genealogía se encarga de conectar el nacimiento de Jesús con el linaje davídico, y con la historia de salvación que hasta ese momento había experimentado el pueblo de Israel. Luego relatan el nacimiento, tanto de Moisés como de Jesús, y, culminan con una “salvación milagrosa del peligro”.

Hay una perícopa en Éxodo que no tiene sentido con el resto del relato, que es Ex 1: 15-22, la cual solo sirve para justificar la matanza de niños posterior. En Mateo, pasa exactamente lo mismo. La perícopa que funciona como “ilativo” es la denominada de “los reyes magos”. Tanto las parteras de Éxodo, como los magos orientales de Mateo, son entrevistados por el faraón/rey y en ambos casos, el gobernante ordena una matanza de niños para acabar con el “niño profetizado” que pone en riesgo la estabilidad del trono.

En Éxodo, los niños son asesinados por el ejército egipcio, y en el evangelio, por el ejército de Herodes.

Moisés es salvado al ser puesto en una cesta y es encontrado, paradójicamente, por la hermana del faraón, quien lo cría como propio. Por otra parte, José es alertado en sueños de la orden de Herodes y huye ¡a Egipto! Ambos personajes, son salvados por los egipcios y de manera milagrosa. Mateo copia muy bien el relato del Éxodo y lo reescribe en la figura de Jesús.



Es decir, el relato de los santos inocentes no tiene como fin relatar un evento histórico, sino establecer un paralelo narrativo y teológico entre Moisés y Jesús.

Ahora saliéndonos de la biblia, y consultando a historiadores de la época, es absolutamente inverosímil darle historicidad al relato de los santos inocentes, no hay registros de que haya ocurrido efectivamente.

Las únicas matanzas perpetradas por Herodes registradas en la historia que podrían haber inspirado este relato son unos dichos de Octavio Augusto sobre él:

"Mejor ser su cerdo que su hijo", refiriéndose a la prohibición judía de comer cerdo y a los hijos de Herodes, Aristobulus y Antipater, asesinados por su propio padre en los años 7 y 4 A de C.


Tampoco la ausencia de evidencia es evidencia, pero por lo menos podemos plantear una duda razonable sobre el evento relatado. Ya el dios del Antiguo Testamento tiene una reputación muy mala como para adjudicarle el no haber evitado estas matanzas. Es más plausible que ocurrieron solo dentro de lo literario para, como mencioné anteriormente, reescribir la historia de Moisés, libertador de Israel en la figura de Jesús, un nuevo Moisés.

domingo, 9 de noviembre de 2014

¿El dogma o el Ser Humano?

Hace días reflotó en Chile el debate sobre la despenalización del aborto, a raíz del caso de una niña de 13 años quien fue violada en reiteradas ocasiones y como resultado, quedó embarazada. El bebé falleció a las 19:07 del viernes 07 de noviembre a las pocas horas de nacer, ya que nunca fue viable su desarrollo debido a una cardiopatía congénita.[i]

El desarrollo del tema es largo, y tiene múltiples aristas desde las cuales abordarlo.

Lamentablemente, cada vez que en Chile se plantea algún tema que riña con la carga valórica de las confesiones religiosas presentes en el país, se produce un diálogo de sordos donde cada grupo, de manera dogmática se encierra en sus posturas y el debate se estanca, produciendo un anquilosamiento en las ideas, similar a la guerra de trincheras de la Primera Guerra Mundial, donde cada bando está parapetado en su posición y el avance es nulo (aunque esto es justo lo que propone el sector conservador, mantener el status quo).

Pues resulta que para ambos bandos, lo que menos importa es la niña que fue violada, es más importante defender su dogma ideológico que socorrer a un infante. Vivimos en un país donde se le enseña a las mujeres a no ser violadas, en vez de enseñar a los hombres a no violar, donde el machismo y la cultura patriarcal afecta el desarrollo psicológico de ambos sexos.



Debemos entender que la existencia de violaciones, de niñas embarazadas, y de abortos ocultos, son consecuencia del fracaso de nuestra sociedad, fracaso del que todos debemos hacernos partes, ya seas conservador pro-vida, o defensor de los derechos reproductivos.



Honestamente, mi propio pensamiento respecto al aborto importa poco, al igual que el suyo estimado lector. Lo único que debiera importarnos, es como evitamos que situaciones como estas ocurran, como evitamos que haya violadores, como evitamos que una niña de 13 años se embarace contra su voluntad, como le evitamos a la niña el sufrimiento de saber que el producto de su embarazo está destinado a la muerte tal como ocurrió.

Lo que me lleva a plantear la siguiente pregunta, ¿es más importante mi dogma ideológico, moral o religioso, qué el sufrimiento, en este caso, de dos seres humanos?, asistimos a un caso donde hay dos víctimas, una niña violada en reiteradas ocasiones, que debió afrontar un embarazo en contra de su voluntad, y un bebé que falleció a las pocas horas de nacido.

Desde mi punto de vista, creo que lo más importante sobre el tema que trato, no es lo que pensemos nosotros, sino lo que piensen los involucrados, los únicos afectados con todo esto. Creo que en virtud de la violación, y de la inviabilidad del feto, la niña (menor de edad) al menos debió tener la oportunidad de elegir si querer llevar adelante su embarazo o interrumpirlo. Pero es una decisión compleja, que sus padres debían tomar por ella, dada la condición de menor de edad de la principal involucrada. Y con esto no quiero decir que el bebé sea un desecho, o que al abortar no se generen nuevos traumas y heridas, las decisiones deben ser tomadas de manera responsable y pensando en el máximo bienestar y en el mínimo de daños. Un niño jamás será un producto de desecho, pero en lo particular, ¿habría sido más humano acortar la agonía?



No hay dogma religioso, moral o ideológico que sea más importante que las personas. Al menos es lo que se desprende de la lectura atenta de los evangelios. En todas las narraciones de los evangelios, el centro de la acción de Jesús fue siempre el Ser humano.

Una breve perícopa[ii] en Marcos[iii] nos ejemplifica lo anterior:

“Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano.
Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle.
Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio.
Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban.
Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.
Y salidos los fariseos[iv], tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle”

Para los fariseos del texto, era más importante defender su dogma particular sobre guardar el sábado, que sanar a un hombre y despojarlo de su dolor y sufrimiento. Y es justo esa la hipocresía denunciada por el evangelio. La religión, la fe, los poderes de dios, según vemos en los relatos evangélicos, están para ayudar al hombre; pero el hombre ha hecho que la religión, y todo lo que tiene relación con dios, se sirva del hombre en vez de ayudarlo.



Es por esta razón que creo que debemos asumir, que nuestros dogmas, nunca serán más importantes que el prójimo, verdadero motivo de la Revelación.




[i] http://www.emol.com/noticias/nacional/2014/11/08/688996/confirman-fallecimiento-de-bebe-de-nina-de-13-anos-violada-en-carahue.html

[ii]Perícopa (del griego περικοπηpericopé, "corte") la denominación de cada uno de los pasajes de la Biblia que han adquirido gran notoriedad por leerse en determinadas ocasiones del culto religioso” «perícopa», Diccionario de la lengua española (22.ª edición), Real Academia Española, 2001.

[iii] Marcos 3: 1-6

[iv] “Jesús dirigió sus más agudas críticas contra la secta de los fariseos, surgida en el mal llamado periodo intertestamentario. En primer lugar los fariseos pusieron más peso y autoridad en la ley oral que en la mosaica, la que Jesús dijo que era la ley de dios. Segundo, los fariseos mismos no querían cumplir con las leyes que imponían sobre los demás. Tercero, parecían, como clase religiosa, estar mucho más preocupados por su apariencia externa que por los asuntos internos de la fe religiosa. Finalmente, menospreciaban a los extranjeros ya la gente corriente de su propia nación”. “Diccionario de creencias, religiones, sectas y ocultismo”, George A. Mather y Larry A. Nichols, Editorial Clie, 2001.

martes, 28 de octubre de 2014



¿Conocen el relato del paralítico sanado por Jesús?, pues todos lo conocemos y se encuentra en los tres evangelios sinópticos, con matices, pero el grueso del relato es el mismo.

El objetivo de la perícopa es enseñar, no relatar un milagro. La enseñanza principal del relato es el perdón, el poder de Jesús de perdonar. Pero no es Jesús quien perdona directamente, sino que es dios perdonando a quien Jesús muestra. El no dice “te perdono”, dice en pasivo (como buen semita para evitar pronunciar en vano el nombre de dios) que es “dios quien lo perdona”.

Pero no me quiero centrar en el acto de perdonar de Jesús, o si hubo un milagro o no, no es mi intención y sobre esas cosas hay ya mucha tinta escrita, mi intención es hablar sobre otra arista del relato, una menos conocida, y apelando a la polisemia.

A Jesús le llevan un paralítico en camilla, amigos y cercanos, es decir un grupo de gente que se preocupa y protege al paralítico. Una red de protección detrás del paralítico que lo sostiene y ayuda.



El paralítico es un enfermo, alguien que durante su vida ha sufrido enormemente, depende de los otros para poder subsistir ya que su enfermedad es invalidante (físicamente, hay otras situaciones emocionales que también son invalidantes).  Nunca se ha puesto de pie, ya sea desde siempre o desde después de un accidente, pero lleva el dolor de su sufrimiento a cuestas, así como aquellos que hemos perdido a un ser querido, o quienes viven duelo, los divorciados, las mujeres abusadas, golpeadas, los homosexuales excluidos, y todos quienes en algún momento de nuestras vidas tenemos la “camilla” de algún dolor que nos recuerda que somos inválidos ante el sufrimiento.

Sus amigos quieren que el sane, por eso lo llevan ante Jesús. Quizás llevan tiempo intentando curar a su amigo, o quizás el paralítico ya ha perdido la esperanza. Lo peor que podría pasarle al paralítico es que haya asumido su condición, y renunciado a la sanación. Quizás se resignó y comenzó a sacar provecho de su enfermedad, manipulando a los otros, u obteniendo dinero fácil de las limosnas. Obviamente es especulativo, lo que dice el texto es que por sus amigos, y por la fe de ellos, Jesús accede.

Luego de un diálogo con los fariseos y maestros de la ley (tema del “perdón”, no me referiré a ello), Jesús le dice al paralítico “levántate, toma tu camilla y anda”. El paralítico se para, ya no depende de esa camilla para ir de un lugar a otro, ni de la buena voluntad de sus amigos para desplazarse. El paralitico ya no es un inválido, puede ir donde quiera, puede trabajar y ganarse su sustento, puede dejar de ser una carga para los suyos, y puede asumirse y ser feliz consigo mismo.

El paralítico se ha levantado, pero Jesús le dice “toma tu camilla”, esa camilla que fueron sus piernas quizás por cuanto tiempo, esa camilla que era el símbolo de su enfermedad, que significaba su dolor de ser inválido, ¿Cuántas camillas tenemos en nuestros haberes personales?, ¿Cuántas marcas de ella hay en nuestra piel?, la camilla era el dolor, no el problema físico, sino el dolor emocional. ¿Cuántos de nosotros sufrimos por haber sido abusados, maltratados, humillados, u ofendidos?, ¿Cuántos de nosotros sufrimos por nuestros propios actos, malas decisiones, obesidad, drogadicción, alcoholismo, infidelidades, etc.?, Jesús nos dice “toma tu camilla”, que es lo mismo decir “hazte cargo de tu vida”.



El paralítico se ha puesto de pie, es él quien sostiene la camilla y no al revés como ha sido siempre, pero Jesús también le dijo “anda”. Debemos ser capaces de no postrarnos ante la adversidad, de tomar el control de nuestros problemas por muy doloroso que sea, y caminar con ellos. Ni un problema es tan poderoso de volvernos paralíticos emocionales, ninguna aflicción nos puede tumbar en una camilla y dejarnos sin ganas de levantarnos. La depresión tiene tratamiento, y nada vale la pena echarse a morir.


El paralítico, al igual que nosotros, al entrar en contacto con Jesús ha cambiado, ya no es el mismo. El accionar de Jesús en nuestras vidas debe provocar cambios, no podemos ser indiferentes ante su encuentro. ¿Cuántas veces el Resucitado nos ha dicho “levántate, toma tu camilla, y anda? A mí varias, luego de la muerte de mi abuela, de mi fracaso de pareja y asumir una paternidad lejana, o de mi quiebra, y ahora último mi lesión. Pero no hay que echarse a morir, hay que tomar la camilla, y seguir caminando.

viernes, 24 de octubre de 2014

Parábola del evangélico y el homosexual

“A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola:
Dos hombres subieron al templo a orar: uno era evangélico, y el otro homosexual.
El evangélico, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este maricón;
ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Mas el homosexual, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”



Durante el siglo XXI, los evangélicos son bien conocidos por el seguimiento a la ley de Dios. El evangélico de esta parábola, fue más allá de las reglas religiosas requeridas, ayunando más de lo debido, y diezmando de todo cuanto ganaba. Seguro de su religiosidad, el evangélico no le pide nada a Dios, y nada recibe.

Por otro lado, los homosexuales son seres humanos despreciados por los evangélicos, ya que estos dicen que su orientación sexual  es “abominable a los ojos de Dios”. Sin embargo, la parábola no condena la condición del homosexual, sino que lo describe como a alguien “necesitado del amor y la reconciliación de Dios”, dirigiéndose a Dios en humildad, recibe dicho amor y reconciliación.

Ésta parábola muestra la importancia de la humildad en contraste con la soberbia, y constituye una dura crítica al legalismo evangélico.

¿Cuál es la soberbia del evangélico? Sentir que es un “Hijo de Dios” y que bajo esta condición es mejor que el resto de las personas, sobre todo aquellas que tienen el carácter de “despreciables” según su cosmovisión religiosa.



Esta soberbia evangélica, está en absoluta contraposición a las enseñanzas de aquel a quien dicen seguir. Jesús de Nazareth, es mostrado en el evangelio predicándoles a las siguientes personas su mensaje del “Reino de Dios está cerca”:

-          Los pobres: Según la mentalidad judía del siglo I, los pobres eran pobres por no agradar a Dios y por lo tanto no eran merecedores del respeto y dignidad, menos un lugar en la sociedad. De hecho los evangelios relatan que en más de una ocasión alimentó a multitudes que lo seguían[i].

-          Los enfermos: Dentro del judaísmo del primer siglo, existían dos tipos de enfermedades, aquellas invalidantes que terminaban en la amputación o inutilidad de un miembro o ceguera; y aquellas ocasionadas por demonios. Entendamos que en dicha época no existía el conocimiento aséptico ni menos la existencia de agentes patógenos como virus y bacterias[ii]. En ambos casos, los enfermos eran tratados como parias, y en ambos casos, Jesús mostró amor y preocupación por ellos.

-          Los excluidos del sistema religioso del Templo, como los ya mencionados pobres y enfermos, pero agregando a los más indeseables, publicanos y prostitutas[iii]. Como ya han planteado E. P. Sanders y J. D. Crossan, la marginación religioso/moral es vinculante con la marginación social, es decir estos “malos ciudadanos” eran oprimidos en todas las áreas por los “buenos ciudadanos”. La identificación de Jesús con los excluidos, llega a tal punto que él mismo es denominado por los fariseos como “comilón y borracho”[iv].

Lo anterior es claro indicador, la actividad kerygmática de Jesús estaba orientada a los olvidados, a los excluidos y a los oprimidos de Israel. Si nos situamos en el contexto del siglo XXI, los fariseos de la parábola original[v] claramente son identificables con los cristianos legalistas (escojo a los “evangélicos” por ser los más ruidosos en este aspecto), y el publicano, su situación de opresión y marginación moral/religioso y social es equiparable a la que hoy sufren las personas LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales).



¿Son hoy los evangélicos, católicos, y cualquier otro colectivo religioso legalista, seguidores reales de ese Jesús, que se juntaba con pecadores, pobres, enfermos, marginados, oprimidos, excluidos, publicanos y prostitutas? La calidad cristiana está condicionada por el grado de seguimiento que hacemos de Jesús. Y un ejemplo de esto, es que a los evangélicos cuando un LGBT llega a una Iglesia intentan cambiar su forma de vida, o que por lo menos se abstengan de vivir su sexualidad. Siempre a estos les predican el famoso versículo que dice “vete y no peques más”, pero olvidan siempre que Jesús principió la frase con un “ni yo te condeno”[vi]




[i] Mt 14:13-21; Mc 6:30-44; Lc 9: 10-17; Jn 6: 1-15
[ii] Interesantes y recomendables son los estudios del teólogo católico Ariel Álvarez Valdés, antes que fuera obligado a retractarse por sostener quelas posesiones demoníacas del Nuevo Testamento, se trataban de enfermedades mentales desconocidas para su tiempo.
[iii] Lc 7, 36-50;
[iv] Mt 11:19
[v] Lc 18: 9-14
[vi] Jn 8:11

martes, 26 de agosto de 2014

Jesús o el dios de los pobres.

¿Habrá una religión más política que el cristianismo?

Es una pregunta que me hago cada cierto tiempo y a pesar de no cambiar la respuesta, de pronto aparecen nuevas ideas que me llevan a reafirmarla.

El cristianismo nace en la esperanza judía mesiánica, en donde un descendiente de un rey legendario, los conduciría a la victoria ante una potencia extranjera imperialista que los dominaba. Toda la tierra fértil donde el cristianismo nace es una mezcla explosiva de fe y política. La tradición judía inicia en el profetismo esta amalgama indisoluble. Los profetas del Antiguo Testamento, hablaban en nombre de Dios, y su discurso estaba enfocado a denunciar las injusticias sociales del Antiguo Israel, la opresión, la injusticia, el sometimiento de los débiles a manos de los poderosos, era el contenido de la profecía en boca de sus profetas, quienes hablaban en nombre de Dios[i]. Amós, a pesar de ser un profeta menor, es el paradigma del profetismo hebreo, por la calidad de su denuncia contra la opresión en contra de los reyes de Israel.
En donde se aprecia con mayor fuerza el carácter político de la revelación de Dios, es en el éxodo. Dios libera a un grupo de esclavos oprimidos por la potencia dominante de la época[ii]. Es decir, el dios de la biblia (y del cristianismo) se manifiesta activamente según el relato, en contra de la opresión política. Según esto, el dios de la biblia es un dios que se combate activamente dentro de la historia para actuar políticamente a favor de un grupo, los marginados.

En virtud de lo anterior, la lectura que hacemos de los evangelios, donde Jesús proclama que “El Reino de Dios está cerca”, es una lectura política. Jesús está anunciando que el dios de la biblia, nuevamente intervendrá, ¿pero a favor de quién? La actividad de Jesús se centró en los lisiados, enfermos, extranjeros, publicanos, prostitutas y pobres, es decir, dentro de los marginados de Israel y del Imperio Romano. ¿Es éste un anuncio, de que Dios se manifestará a favor de los excluidos, otra vez como en el éxodo?
El desenlace de Jesús en la cruz[iii], es el resultado directo de su actividad política, ¿no es acaso el episodio de la expulsión de los mercaderes del templo, un acto de rebelión en contra del poder establecido?
Otro mensaje muy político, fue el que las comunidades post pascuales[iv] introdujeron en el relato de Jesús tras la resurrección.

-               Jesús al resucitar, se sitúa más allá del poder político que lo condenó a la muerte
-      Jesús, al resucitar, es puesto en oposición al máximo poder temporal, el emperador de Roma, quien ostentaba el título de “Divo filis”[v].
-               Jesús al resucitar, entrega un mensaje de esperanza a sus seguidores, ya que confirma, como en el éxodo, la intervención de Dios y su decidida actuación por los marginados.

Pero la guinda de la torta, es puesta por el apóstol Pablo, quien en sus cartas auténticas[vi] dice que “ya no hay judío ni griego”[vii], convirtiendo al mensaje cristiano, no solo en la lucha de unos pocos marginados por el reconocimiento a sus dignidad como ser humano, sino que ésta se vuelve universal, en la cual no solo los marginados quieren recuperar su dignidad, sino que quienes son más afortunados, hacen propia esa lucha devolviendo la dignidad a los desposeídos[viii].
El cristianismo desde sus orígenes, es una poderosa fuerza política, que se resumen en los siguientes 10 puntos:

- La concepción hebrea de la historia, es una historia con un futuro abierto, distinto a la concepción griega cíclica de la historia.
- El Dios de la Biblia, es un Dios que reclama justicia, y solo puede ser conocida por el que ejerce la justicia.
- La fe de Israel, está basada en el evento liberador sociopolítico, cuando huyeron del explotador Egipto en el éxodo.
- El Reino de Dios, es un reino para los hombres, los oprimidos, rechazados, y explotados, y no tolera ningún orden social que altere la relación de ricos y pobres.
- Este reino, sin pre existencia, se devela de los acontecimientos históricos de Israel, bien leídos por los profetas y Jesús.
- El pecado, es la corporización del egoísmo y la injusticia del hombre, en la estructura sociopolítica y económica.
- La fe, es una actitud de esperanza y compromiso, con este Reino de Dios. Es una práctica de liberación histórica y política.
- La fe no es una ideología. Debe estar en concordancia con los intereses de los pobres del Reino de Dios.
- La verdad de la fe, es lo que se hace, con amor, para la liberación del hombre y la construcción del Reino.
- La moral hebreo-cristiana, busca lograr la liberación del hombre y establecer la justicia de los desposeídos".

Solo seremos cristianos en la medida que podamos deprendernos del egoísmo y nos pongamos de lado del desposeído, en palabras de Desmond Tutu[ix]: "No puedo imaginar al Señor que yo adoro, este Jesucristo, estando de acuerdo con la persecución de una minoría que ya está siendo perseguida. El Jesús que yo adoro es un Jesúcristo estuvo siempre al lado de los que eran tratados con injusticia y se metió en problemas debido precisamente a ésto".






[i] “Nabih” en hebreo נְבִיא.
[ii] Egipto, aunque la historicidad del éxodo no es tema en discusión.
[iii] Jesús es juzgado y condenado por la aristocracia sacerdotal y laica de Jerusalén y por la autoridad romana. “Jesús, aproximación histórica”, José Antonio Pagola, Editorial Claretiana.
[iv] Se le llama post pascual, a las interpretaciones del Cristo que surgen tras la resurrección, en este caso específico, a la redacción de los evangelios, redactados varios años luego de la muerte de Jesús.
[v] Hijo de Dios.
[vi] La Crítica estima que las cartas de Romanos, 1 y 2 Corintios, 1 de Tesalonicenses, Gálatas, Filipenses y Filemón, son cartas escritas auténticamente por Pablo, el resto de las cartas que se le atribuyen son escritas de manera seudónima en fechas posteriores a su muerte.
[vii] Gálatas 3:28
[viii] Concepto de honor y vergüenza en los pueblos mediterraneos.
[ix] Arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo y Premio Nobel de la Paz en 1984.