miércoles, 1 de agosto de 2012

El paradigma libertario y la experiencia religiosa.


La experiencia religiosa se manifiesta de distintas maneras en la actualidad, desde el ateísmo más recalcitrante, pasando por el comunismo, hasta las formas de espiritualidad más notorias, como el caso de las religiones esotéricas y exotéricas.



Siempre me he preguntado como surge la experiencia religiosa del ser humano, ya que tiene variadas y múltiples manifestaciones. La neurociencia dice que el gen WMAT2, es el responsable de que las personas que lo tienen activo, tengan una mayor conciencia de lo divino y espiritual, en contraste con quienes el gen es más bien recesivo. Este gen, actuaría sobre los neurotransmisores de la corteza cerebral que inciden en el sistema nervioso central creando la percepción de lo divino y espiritual nuestra mente. Esta teoría apunta a que la experiencia religiosa del individuo, tiene un origen puramente químico en nuestro cerebro.




A lo largo de la historia, todos los pueblos y culturas sin excepción, han tenido algún tipo de experiencia religiosa, desde los sistemas teístas de Occidente y Medio Oriente, las culturas chamánicas amerindias y africanas, o los sistemas religiosos no teístas de Oriente.



Las religiones chamánicas son relativamente simples (ojo, que también tienen su complejidad), nacen de la observación de la naturaleza, y sería el primer paso en la conformación de una religión teísta. Las religiones no teístas de Oriente, son más bien sistemas filosóficos espirituales, que religiones propiamente tales. En cambio los sistemas teístas, tienen en común un dios que se revela a sí mismo a la humanidad, o por medio de un profeta(s), y sus hechos quedan registrados en un libro, que sus adeptos considerados sagrado e imperativo. Ejemplos varios, Zoroastrismo, cristianismo, Islam, judaísmo, hare Krishna, etc.



La experiencia religiosa de la humanidad es variopinta, y se expresa según los cánones que posee cada cultura que la genere. Un musulmán experimentará a dios desde el Islam, un judío desde su óptica judía, un cristiano desde occidente, etc.



Pero mi pregunta de fondo es ¿Cómo se plasma la experiencia religiosa en nosotros?



El cristianismo es la religión mayoritaria de Occidente, y este es un derivado del judaísmo, comparten varios textos y tradiciones, dicen adorar al mismo Dios, y tienen un pasado común. En específico, el cristianismo nace de una secta apocalíptica judía llamada “los nazarenos”, que seguían las enseñanzas de quien identificaban como el Mesías prometido en los textos judíos, Yeshua Bar Yusef, más conocido como Jesús de Nazareth, y se expande al mundo no judío, principalmente por la obra de una de sus figuras más emblemáticas, el apóstol Pablo. Con esta expansión cultural y geográfica, el cristianismo adquiere su propia identidad, y se separa definitivamente del judaísmo, alrededor de la segunda mitad del primer siglo.



A partir de este momento el cristianismo y el judaísmo adquieren sus identidades y colores propios, pero antes de eso, eran una sola cosa (era judaísmo, pero podríamos decir que el cristianismo se gestaba ya dentro de su simiente), y ambas religiones poseen una tradición que debiera ser la más importante dentro de todos los paradigmas de la experiencia religiosa del ser humano, el éxodo.



Un dios del desierto, Yavé, se manifiesta a Moisés, le dice que quiere liberar a su pueblo, que es esclavo de Egipto, el imperio más poderoso de la época donde se ubica el relato. Le dice que su nombre, es “yo soy el que soy”, y que con ese nombre debe ir donde los hebreos para liberarlos, ya que Yavé estará con Moisés en esa liberación. Este episodio es conocido como el llamamiento de Moisés, está relatado en el capítulo 3 del Éxodo, y a nuestra mente se viene inmediatamente la figura de la zarza ardiente que no se quema.




La importancia del relato de Moisés, radica en que Dios, se revela a sí mismo a un profeta que el escoge, dándose incluso un nombre para ser reconocido de forma individual, con un objetivo particular, que es libertar a un Israel, esclavo, de un Estado mucho más poderoso como Egipto. Dios se manifiesta como tal a los hombres, y lo hace con el fin de liberar al oprimido del opresor. La primera experiencia religiosa, y la más importante dentro del desarrollo del judaísmo, y por lo tanto del cristianismo, es la libertad del oprimido. Dios en persona se hace presente para reparar las injusticias de la sociedad de aquel tiempo. La Teofanía a Moisés, es pro igualdad.



El paradigma de la religión occidental es el Éxodo. Es el evento fundacional y fundamental, no solo de esas religiones si no de nuestra civilización entera, por la influencia posterior que ha tenido, y sigue teniendo. Todos los movimientos de lucha social, de cierta manera se reflejan en este Moisés frente a la zarza ardiente, y Dios les dice “libera a mi pueblo”.



Jesús, en muchas ocasiones es presentado por los evangelistas como un nuevo Moisés, un libertador que borrará la injusticia de la tierra prometida.



Jesús vivió y murió en una época donde Judea, era una provincia más dentro del Imperio Romano, y gozaba de cierta autonomía política respecto al poder de Roma, mientras pagara los impuestos, podrían conservar sus propias leyes, y ser autogobernados. Quien ejercía el poder político de Judea era el sumo sacerdote. En la práctica, este cargo se lo repartía y ejercían de manera más o menos alternada las cuatro familias más ricas y poderosas de Jerusalén. El sumo sacerdote era el gobernante de facto de Judea, era quien recaudaba los impuestos, administraba la justicia (excepto la pena de muerte, privilegio exclusivo de Roma), y le pagaba los tributos al Imperio, bajo el sistema del clientelismo. Esto fue denunciado por Jesús, y a la larga, es lo que lo condenó a la cruz.



Uno de los actos más emblemáticos de la conciencia social de Jesús es la purificación del templo en Jn 2: 13 – 22. Si uno hace un análisis sobre la situación, contextualizando la época de escritura del evangelio, y la cultura judeo helenista que la impregna, el acto de Jesús no se entiende. Los comerciantes del Templo, hacían la vida más fácil de los judíos, sobre todo de quienes vivían más lejos. Si lo pensamos bien, los judíos debían viajar largos kilómetros a Jerusalén para celebrar la pascua y efectuar sus sacrificios rituales. Algo que un judío piadoso debía hacer a lo menos una vez en la vida, y que el mismo Jesús y sus discípulos deben de haber realizado. Como Jesús, no todos los judíos eran de Jerusalén, y había muchos judíos incluso fuera de las fronteras de Palestina, los judíos de la diáspora. Estos no viajarían a Jerusalén con los animales para el sacrificio, era mucho más cómodo comprarlos en Jerusalén. Lo mismo las monedas, cada nación acuñaba sus propias monedas, y en Jerusalén las cambiaban, lo mismo que hacemos nosotros cuando viajamos, en una casa de cambio. Entonces estos comerciantes eran facilitadotes del cumplimiento ritual en el templo, no adversarios, y desde esta óptica, la acción de Jesús de expulsarlos, no se entiende.



Pero, si apelamos al contexto histórico cultural que está detrás del relato, los comerciantes debían pagar un impuesto al sumo sacerdote del templo, para poder vender en el templo. ¿y que tiene esto de malo?, el sumo sacerdote, era, no solo la máxima autoridad religiosa de Judea, si no también, el representante del emperador romano, cuyos impuestos “garantizaban” la paz en Judea. Si no había impuestos para Roma, las legiones asolarían con Jerusalén. También es sabido, que el sumo sacerdote, no ingresaba todos los impuestos a Roma, se dejaba “una colita”, como decimos en Chile. Al saber esto, la acción de Jesús se entiende, su intención fue protestar contra la corrupción del sumo sacerdote, figura del poder político y religioso de Judea.



La acción de Jesús, al expulsar a los mercaderes, era devolver el poder a la gente, poder arrebatado por el sumo sacerdote, y a través de este, por el opresor de Roma. Antes fue Egipto, ahora era Roma; antes fue el faraón, ahora era al sumo sacerdote; antes fue Moisés, ahora era Jesús quien liberaba a su pueblo.



El paradigma de la libertad humana, dentro de la experiencia religiosa, se repite una y otra vez en las escrituras, tanto judías como cristianas, se repite tanto, que es increíble que quienes se dicen cristianos omitan esta importante parte del mensaje de Jesús.



La experiencia religiosa de la humanidad, desde la teofanía de Moisés, a la de Jesús, se la libertad y la igualdad del hombre. Es vencer al poderoso a favor de los débiles. Todo el evangelio de Jesús es un llamado a la conciencia social, a reestablecer la justicia de Dios en la humanidad. Jesús habla del amor entre los hombres, la palabra que use el evangelista es “ágape”, que se traduce como amor fraternal, como caridad y solidaridad.



¿Hoy, quien es Egipto, quien es Roma, quien es el corrupto sistema político-religioso judío?, nuestro sistema económico, los bancos, las deudas, un injusto reparto de las riquezas, las condiciones laborales, la política, ¡todo nuestro sistema de cosas!, y todas esas cosas se oponen a la voluntad de Dios: “que el hombre sea libre”, no olvidar que esta fue la causa de su primera teofanía.


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