La experiencia religiosa se
manifiesta de distintas maneras en la actualidad, desde el ateísmo más
recalcitrante, pasando por el comunismo, hasta las formas de espiritualidad más
notorias, como el caso de las religiones esotéricas y exotéricas.
Siempre me he preguntado como
surge la experiencia religiosa del ser humano, ya que tiene variadas y múltiples
manifestaciones. La neurociencia dice que el gen WMAT2, es el responsable de
que las personas que lo tienen activo, tengan una mayor conciencia de lo divino
y espiritual, en contraste con quienes el gen es más bien recesivo. Este gen,
actuaría sobre los neurotransmisores de la corteza cerebral que inciden en el
sistema nervioso central creando la percepción de lo divino y espiritual nuestra
mente. Esta teoría apunta a que la experiencia religiosa del individuo, tiene
un origen puramente químico en nuestro cerebro.
A lo largo de la historia, todos
los pueblos y culturas sin excepción, han tenido algún tipo de experiencia
religiosa, desde los sistemas teístas de Occidente y Medio Oriente, las
culturas chamánicas amerindias y africanas, o los sistemas religiosos no teístas
de Oriente.
Las religiones chamánicas son
relativamente simples (ojo, que también tienen su complejidad), nacen de la
observación de la naturaleza, y sería el primer paso en la conformación de una
religión teísta. Las religiones no teístas de Oriente, son más bien sistemas
filosóficos espirituales, que religiones propiamente tales. En cambio los
sistemas teístas, tienen en común un dios que se revela a sí mismo a la
humanidad, o por medio de un profeta(s), y sus hechos quedan registrados en un
libro, que sus adeptos considerados sagrado e imperativo. Ejemplos varios,
Zoroastrismo, cristianismo, Islam, judaísmo, hare Krishna, etc.
La experiencia religiosa de la
humanidad es variopinta, y se expresa según los cánones que posee cada cultura
que la genere. Un musulmán experimentará a dios desde el Islam, un judío desde
su óptica judía, un cristiano desde occidente, etc.
Pero mi pregunta de fondo es ¿Cómo
se plasma la experiencia religiosa en nosotros?
El cristianismo es la religión
mayoritaria de Occidente, y este es un derivado del judaísmo, comparten varios
textos y tradiciones, dicen adorar al mismo Dios, y tienen un pasado común. En
específico, el cristianismo nace de una secta apocalíptica judía llamada “los
nazarenos”, que seguían las enseñanzas de quien identificaban como el Mesías
prometido en los textos judíos, Yeshua Bar Yusef, más conocido como Jesús de
Nazareth, y se expande al mundo no judío, principalmente por la obra de una de
sus figuras más emblemáticas, el apóstol Pablo. Con esta expansión cultural y
geográfica, el cristianismo adquiere su propia identidad, y se separa
definitivamente del judaísmo, alrededor de la segunda mitad del primer siglo.
A partir de este momento el
cristianismo y el judaísmo adquieren sus identidades y colores propios, pero
antes de eso, eran una sola cosa (era judaísmo, pero podríamos decir que el
cristianismo se gestaba ya dentro de su simiente), y ambas religiones poseen
una tradición que debiera ser la más importante dentro de todos los paradigmas
de la experiencia religiosa del ser humano, el éxodo.
Un dios del desierto, Yavé, se
manifiesta a Moisés, le dice que quiere liberar a su pueblo, que es esclavo de
Egipto, el imperio más poderoso de la época donde se ubica el relato. Le dice
que su nombre, es “yo soy el que soy”, y que con ese nombre debe ir donde los
hebreos para liberarlos, ya que Yavé estará con Moisés en esa liberación. Este
episodio es conocido como el llamamiento de Moisés, está relatado en el capítulo
3 del Éxodo, y a nuestra mente se viene inmediatamente la figura de la zarza
ardiente que no se quema.
La importancia del relato de
Moisés, radica en que Dios, se revela a sí mismo a un profeta que el escoge, dándose
incluso un nombre para ser reconocido de forma individual, con un objetivo particular,
que es libertar a un Israel, esclavo, de un Estado mucho más poderoso como
Egipto. Dios se manifiesta como tal a los hombres, y lo hace con el fin de
liberar al oprimido del opresor. La primera experiencia religiosa, y la más
importante dentro del desarrollo del judaísmo, y por lo tanto del cristianismo,
es la libertad del oprimido. Dios en persona se hace presente para reparar las
injusticias de la sociedad de aquel tiempo. La Teofanía a Moisés, es pro
igualdad.
El paradigma de la religión
occidental es el Éxodo. Es el evento fundacional y fundamental, no solo de esas
religiones si no de nuestra civilización entera, por la influencia posterior
que ha tenido, y sigue teniendo. Todos los movimientos de lucha social, de
cierta manera se reflejan en este Moisés frente a la zarza ardiente, y Dios les
dice “libera a mi pueblo”.
Jesús, en muchas ocasiones es
presentado por los evangelistas como un nuevo Moisés, un libertador que borrará
la injusticia de la tierra prometida.
Jesús vivió y murió en una época
donde Judea, era una provincia más dentro del Imperio Romano, y gozaba de
cierta autonomía política respecto al poder de Roma, mientras pagara los
impuestos, podrían conservar sus propias leyes, y ser autogobernados. Quien
ejercía el poder político de Judea era el sumo sacerdote. En la práctica, este
cargo se lo repartía y ejercían de manera más o menos alternada las cuatro
familias más ricas y poderosas de Jerusalén. El sumo sacerdote era el
gobernante de facto de Judea, era quien recaudaba los impuestos, administraba
la justicia (excepto la pena de muerte, privilegio exclusivo de Roma), y le
pagaba los tributos al Imperio, bajo el sistema del clientelismo. Esto fue
denunciado por Jesús, y a la larga, es lo que lo condenó a la cruz.
Uno de los actos más emblemáticos
de la conciencia social de Jesús es la purificación del templo en Jn 2: 13 – 22.
Si uno hace un análisis sobre la situación, contextualizando la época de
escritura del evangelio, y la cultura judeo helenista que la impregna, el acto
de Jesús no se entiende. Los comerciantes del Templo, hacían la vida más fácil
de los judíos, sobre todo de quienes vivían más lejos. Si lo pensamos bien, los
judíos debían viajar largos kilómetros a Jerusalén para celebrar la pascua y
efectuar sus sacrificios rituales. Algo que un judío piadoso debía hacer a lo
menos una vez en la vida, y que el mismo Jesús y sus discípulos deben de haber
realizado. Como Jesús, no todos los judíos eran de Jerusalén, y había muchos
judíos incluso fuera de las fronteras de Palestina, los judíos de la diáspora. Estos
no viajarían a Jerusalén con los animales para el sacrificio, era mucho más cómodo
comprarlos en Jerusalén. Lo mismo las monedas, cada nación acuñaba sus propias
monedas, y en Jerusalén las cambiaban, lo mismo que hacemos nosotros cuando
viajamos, en una casa de cambio. Entonces estos comerciantes eran facilitadotes
del cumplimiento ritual en el templo, no adversarios, y desde esta óptica, la
acción de Jesús de expulsarlos, no se entiende.
Pero, si apelamos al contexto
histórico cultural que está detrás del relato, los comerciantes debían pagar un
impuesto al sumo sacerdote del templo, para poder vender en el templo. ¿y que
tiene esto de malo?, el sumo sacerdote, era, no solo la máxima autoridad
religiosa de Judea, si no también, el representante del emperador romano, cuyos
impuestos “garantizaban” la paz en Judea. Si no había impuestos para Roma, las
legiones asolarían con Jerusalén. También es sabido, que el sumo sacerdote, no
ingresaba todos los impuestos a Roma, se dejaba “una colita”, como decimos en
Chile. Al saber esto, la acción de Jesús se entiende, su intención fue
protestar contra la corrupción del sumo sacerdote, figura del poder político y
religioso de Judea.
La acción de Jesús, al expulsar a
los mercaderes, era devolver el poder a la gente, poder arrebatado por el sumo
sacerdote, y a través de este, por el opresor de Roma. Antes fue Egipto, ahora
era Roma; antes fue el faraón, ahora era al sumo sacerdote; antes fue Moisés,
ahora era Jesús quien liberaba a su pueblo.
El paradigma de la libertad
humana, dentro de la experiencia religiosa, se repite una y otra vez en las
escrituras, tanto judías como cristianas, se repite tanto, que es increíble que
quienes se dicen cristianos omitan esta importante parte del mensaje de Jesús.
La experiencia religiosa de la
humanidad, desde la teofanía de Moisés, a la de Jesús, se la libertad y la
igualdad del hombre. Es vencer al poderoso a favor de los débiles. Todo el
evangelio de Jesús es un llamado a la conciencia social, a reestablecer la
justicia de Dios en la humanidad. Jesús habla del amor entre los hombres, la
palabra que use el evangelista es “ágape”, que se traduce como amor fraternal,
como caridad y solidaridad.
¿Hoy, quien es Egipto, quien es Roma,
quien es el corrupto sistema político-religioso judío?, nuestro sistema económico,
los bancos, las deudas, un injusto reparto de las riquezas, las condiciones
laborales, la política, ¡todo nuestro sistema de cosas!, y todas esas cosas se
oponen a la voluntad de Dios: “que el hombre sea libre”, no olvidar que esta
fue la causa de su primera teofanía.
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